Blogia
DeMENTES

Ventanas de Luz

Recuerdo mi único año en la Facultad de Psicología, a mis tiernos 19 años, cuando creía que el periodo de lo posible coincidía con mis sueños. Tardé poco menos de tres meses en decidir que abandonaría la carrera aquel mismo año, lo vi claro, y la verdad es que me alegro, porque de haber avanzado más en aquellos estudios, probablemente habría llegado un punto en que hubiese creído padecer todos y cada uno de los desórdenes psíquicos y emocionales que se me fuesen enseñando…


Pero no necesité tanto tiempo para asumir mi error, me bastó con tomar conciencia cierto día de la cantidad de tiempo y prácticas que le estábamos dedicando al estudio físico del ojo humano, ya sabéis, todo aquel rollo de la retina, el nervio óptico, los bastones y los conos, y bla, bla, bla... ¡Yo no había ido allí para convertirme en un maldito oculista! Así que desde aquello dediqué por entero mis esfuerzos a petarme una clase tras otra, leer muchos libros, y escribir algún que otro cuento penoso.


¿Habéis buscado la palabra "ojo" en el diccionario, en una enciclopedia…? Siempre es lo mismo, como en la Facultad, que si nervio óptico por aquí, que si bastones, que si pupila, que si patatim, que si patatam... el típico esquema del globo ocular y el nervio que llega hasta el cerebro, y poco más. Todo muy frío, el ojo desde dentro, el ojo desde fuera, cómo funciona, por qué deja de hacerlo… cómo intentar revivirlo una vez ha muerto… pero nada de mirarlo de frente, tal que en un duelo, precisamente la mejor manera que hay de CONOCER, y siempre en singular… el ojo... como si no fuesen en pareja, como si todos fuésemos jodidos piratas Barbanegra, como si la mirada que todo lo dice no fuese la suma de dos ojos que contemplan, parpadean, duermen o lloran.


Contemplad un par de ojos fijamente, los vuestros ante el espejo, o los de cualquier otro si os deja y hay confianza. Allí está todo, todas las respuestas, algunas inteligibles, otras, las más, escritas en una lengua indescifrable a la razón pero asequible a los susurros del sentir.


Ojos, espejos, océanos cristalinos de pasión, duda, miedo y fervor, para todos los gustos… Miradas de infinito, de abismo, de locura, cómplices, tristes, vivaces, melancólicas, líquidas como hilos de agua en deshielo peinando la piedra pulida en su bajada.


La gente tiene miedo a mirar, a ser mirado, tantos y tantos van con la cabeza gacha vigilando el suelo no sea que se escape, soslayando las retinas ajenas… Paseas por la calle y alguien te mira fijamente, un desconocido, cualquiera, y no sabes por qué lo hace, ni qué pretende, pero te sientes agredido, como si hubiesen ultrajado tus entrañas, porque sabes, o crees, o presientes, que los ojos son una puerta directa al fondo de tu corazón.


Por eso cuando a veces me preguntan cuál es mi película favorita la respuesta es siempre la misma, seca y directa, "Blade Runner", supongo que muchos ya lo sabíais… ¿Por qué?... simple, porque es una película de ojos y de miradas, de retinas y de pupilas, y de ciegos visionarios. Recordáis el ojo inicial y las llamas de Los Ángeles 2019 reflejándose en él; el test de retina "Voight-Kampff" que revelaba la ausencia de empatía en los replicantes; a Roy Batty asesinando a su padre, hundiendo sus pulgares en las cuencas de los ojos de su creador; a Daryl Hannah, alias Pris, pintándose los ojos de negro con aerógrafo, como presintiendo que muy pronto se los iban a cerrar para siempre… Y podría seguir y seguir mentando ojos, describiendo miradas, perfilando vidas, hasta el infinito, ese mismo que tan bien se refleja en una pupila y un iris que ama, o teme, o tiembla de ilusión.



Blade Runner... una Película de Ojos Mirar...




Como un cajón de sastre en el que todo cabe y todo encuentra su sitio, las miradas… verdes, azules, marrones, grises… son las ventanas a nuestros abismos, también las puertas a todo lo divino que poseemos, y, por supuesto, las respuesta a todos los interrogantes… siendo quizá nuestra mente todavía adolescente la que no alcanza a desencriptar todo lo que una mirada directa, cercana, sincera, puede ofrecer… y de esto los psicólogos poco o nada quieren entender todavía…


            								© JIP

2 comentarios

JIP -

En total acuerdo contigo, Lucy...

un saludo

Lucy -

tienes toda la razón, me gusta mucho este post, deberiamos mirarnos mas veces a los ojos, los unos a los otros, tanto dice una mirada que hasta a veces da miedo...