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DeMENTES

¿Probaste con El Código Da Vinci?... ¡Ese sí es bueno!...

¿Cuántas veces habéis recomendado un libro, una película? ¿Cuántas veces os han recomendado a vosotros proyecciones y lecturas, incluso audiciones? Incontables, ¿no?...


Y cuántas veces os habéis cagado en la madre que parió al fulano que os recomendó ese libro nefando, cuántas veces os han echado en cara el precio de la entrada de aquella película infumable -según tu interpelante- que tan vivamente le instante a ver... Incontables también... ¿o no?...


Un juego peligroso este de erigirse en guía cultural de los que te rodean, habida cuenta, sobre todo, de los tiempos y los gustos que corren...


Yo, por ejemplo, tengo en gran estima haber recomendado directa, o indirectamente, un par de libros que jamás han cosechado la menor crítica, antes al contrario, los más vivos elogios y agradecimientos. Se trata de "Solaris" de Stanislaw Lem, y "Matadero Cinco" de Kurt Vonnegut. Aunque, claro está, quien haya leído estas novelas no podrá decir otra cosa que mi consejo no tiene mérito, que jugaba a caballo ganador, y no se equivocaría...


En cambio, mis esfuerzos por difundir entre mis semejantes la obra de gente como J. G. Ballard, David Cronenberg, o William Burroughs han sido del todo infructuosos. Desde una óptica lo más imparcial posible, tendría que verme obligado a reconocer que es normal, que estos tipos son raros de cojones, y que fueron son y serán siempre un exquisito plato para minorías, pero la verdad es que me repatea los higadillos, desde una perspectiva todo lo subjetiva que queráis, es cierto, que me ninguneen a estos grandes iluminados del arte y la humanidad por venir y, al cabo, como queriendo darme la puntilla, me suelten aquello de "¿Por qué no pruebas con "El Código Da Vinci"?... Ese sí es bueno...", es como para ponerse a repartir hondonadas de hostias, que diría el Manquiña.


Mis resultados con "Blade Runner", mi película fetiche, "Kafka" y William Hope Hogdson han sido ambivalentes, ha habido de todo; sonrisas y malas caras. En el último caso comprendo las negativas, pero en los dos primeros ya me cuesta más. Especialmente sangrante para el aquí suscribiente fue el caso de alguien muy especial que no tuvo el más mínimo reparo en confesarle, entre las más pícaras sonrisas, que la mítica película de Ridley Scott le había parecido un soberano aburrimiento -¡ayyy!


En cuento al apartado de admisiones, he de reconocer que me dejo recomendar poco, quizá por aquello de que me gusta ser el único responsable de mis pequeños tesoros y mis grandes cagadas, así no tengo que pedirle explicaciones a nadie. De todos modos algo ha habido, cómo no, y de entre las más destacadas, traigo aquí a colación que nunca agradeceré lo bastante que me obligaran a leer -no a punta de pistola, pero casi- "El Capitán Salió a Comer y los Marineros Tomaron el Barco" de Bukowski, o una persona de la que ya no sé nada, que apenas pasó de refilón por mi vida, tuviese empero tiempo de recomendarme "De lo Espiritual en el Arte" de Kandinsky, libro que, como ocurrió con el de Bukowski, aunque por distintos motivos, me iluminó sobremanera. En cuanto a las cagadas traídas de mente ajena, basten también un par de ejemplos: "Lo Mejor que le Puede pasar a un Cruasán" de Pablo Tuset y "La Isla" de Aldous Huxley. El primero lo acabé, con asco, pero lo acabé, mientras que el segundo pudo conmigo, me derrotó en toda regla.


Así las cosas, uno se plantea muy seriamente recomendar, y mucho más aceptar recomendaciones, sobre todo teniendo en cuenta lo valioso que a cada uno le parece -supongo- el tiempo de su vida. Yo al menos tengo en mucha estima el mío, y lo cierto es que cuando lo veo echado a perder por culpa de las fallidas recomendaciones de otros, no puedo sino llevarme a mí mismo a los infiernos, ya que al fin y al cabo, el único y último responsable de aceptar dicho consejo no es más que uno mismo. Otra cosa bien distinta, es que, llevado por la hipocresía, haya quien prefiera arruinar sus segundos antes que pintar una mala cara en los rostros de los demás, sean amigos, amistades, o simplemente conocidos... Quien esté libre de culpa que tire la primera piedra...


Resumiendo, aunque uno se ponga a pensar sobre todas estas cosas, se cuestione moral y culturalmente su responsabilidad sobre qué derecho tiene a poner en los ojos, las mentes y las almas de los demás según qué cosas, siempre acaba uno aunque no quiera influyendo sobre los demás, para bien o para mal, con sus mitomanías y paranoias particulares. Es ley de vida... ¿o no?...


Lo más escalofriante empero puede llegar a ser preguntarse sobre qué derecho tenía, por ejemplo, una antigua amiga a recomendarme la lectura de Cioran, nada menos que con 17 años, cuando ella ni siquiera lo había leído, simplemente porque creía que, habiendo leído alguno de mis primeros poemas, todo ellos negros, fatales -y penosos-, aquel autor tal vez me podría gustar... y más lejos aún, qué responsabilidad tengo yo sobre mi propia configuración del pensamiento desde entonces, cuando, ¿inconsciente?, ¿iluminado?, devoré uno tras otro todos los textos del filósofo rumano que se me pusieron a tiro...


En ningún momento me he arrepentido de haber leído a Cioran en aquel entonces, desde aquella recomendación, pero pienso también que quizá, sólo quizá, me lancé sobre él demasiado pronto...


Y de casos así, supongo, existen tantos, tan diversos y singulares, como alientos...


Una vez abundado sobre los peligros y avatares que se esconden tras el ir por ahí recomendando cultura alegremente, quizá algún día me dé por ilustraros sobre los peligros y las infamias de ir prestando cultura alegre y despreocupadamente, lo que, sin duda, se me antoja muchísimo más grave...


            								© JIP

4 comentarios

Suskiin -

En cuanto a las cagadas traídas de mente ajena, (...) "La Isla" de Aldous Huxley.

Vamos, que a mi me pasó lo mismo. Lo leí con la mirada de quien ha descubierto "Un mundo feliz" como si fuera la sopa de ajo, y cae fulminado por un rayo al pensar que "La isla" iba a ser más de lo mismo (ni siquiera recuerdo ya de qué iba, hace muchos años).
Eso de recomendar es algo complicado, que tiene tantos factores que sopesar que llega un momento que sólo puedes orientarte por el puro instinto.
Respecto a "Solaris", es una novela que a mi personalmente me encantó y que está en mi pequeño pedestal de favoritos, pero hay personas que me han dicho "¡uf! no lo pude terminar" o "Que aburrido" o "vaya rollo" directamente. Así que ya ves, de caballo ganador nada, que no es tan sencillo eso de acertar.

corsaria -

Es que sobre gustos, es complicado acertar. Lo cual no quiere decir que si algo es bueno es bueno, aunque personalmente no nos guste claro.

A riesgo de equivocarme me atrevo a sugerirte alguno de J. M. Coetzee. Tal vez te guste. :)

Ah! lo reconozco aún no vi Blade Runner, pero espero ponerle remedio pronto a esa laguna. ;)

Saludinos.

Agente Cooper -

Vaya, el anónimo soy yo, que conste. Es que se me olvidó poner el nick.

PALAHNIUK RULES!!!

Anónimo -

Pues mira, voy a recomendaros algo rompedor, venga: "El club de la lucha" y "Superviviente", ambos de ese crack llamado Chuck Palahniuk. Este hombre me tiene hipnotizado. Voy a leerme todo lo que encuentre de él. ¡Quiero más, quiero más!

Y ya que estamos, también la hipermagistral "1280 almas", de Jim Thompson.

En mi blog comenté estas novelas.

¿A ti qué te parecen, JIP?