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DeMENTES

"Pedazo" de Cabrón

Te despiertas pronto, casi una hora antes de lo convenido con la alarma del despertador, y automáticamente tienes la sensación de que querrías dormir más, mucho más, pero tampoco puedes quejarte, no ha sido una mala noche, sobre todo teniendo en cuenta las precedentes.


Te arrastras hasta el baño con el piloto automático puesto, y una vez allí haces lo que tienes que hacer dejándote lo que te tienes que dejar. Luego te ahogas la cara en agua helada a ver si así consigues de una vez regresar al mundo de los vivos. Te miras al espejo. "Necesito afeitarme", te dices, "urgentemente", pero no lo vas a hacer, pasas de ello, que le den a la barba y a la cuchilla, que le den también al espejo... yo sólo quisiera estar durmiendo...


Y luego, en la cocina, tu talón de Aquiles por excelencia, decides que vas a pasar también del desayuno, del café horrible y de las tostadas integrales con su ración extra de pringue en mantequilla y mermelada de fresa, esas mismas que te dejan el suelo perdido cuando a Murphy le da por tocarte las pelotas y tú andas todavía soñando dormir. De modo que coges tus bártulos y tu manojo de llaves y abandonas tu hogar, silencioso hogar, cerrando la puerta tras de ti, confirmando que el día de hoy empieza justo ahora.


Sales a la calle y te encaminas hacia el coche, o lo que queda de él después de quince años de lamer el mundo a base de rueda gastada, soportar tus esquizofrenias de zapatilla, y encajar a golpes y arañazos la ineptitud de tantos y tantos alelados al volante. Todavía sirve a su cometido, con orgullo y mala leche concentrada, como esos tipos duros que nunca mueren con las botas puestas porque te las tiraron a la cara en un final intento de llevarte consigo al otro barrio. Capto alguna que otra mirada furtiva. Quizá es porque soy una rostro nuevo a estas horas de la mañana, o quizá es que llevo algo del revés en la indumentaria... ¡Qué es lo que mira tanto señora!... yo todavía estoy durmiendo, sabe...


Al poco llegas el curro y la mayoría están ya dale que te pego, de aquí para allá con el alma pegada al ombligo, deprisa, deprisa, no sea que se te caiga en un descuido y no te des cuenta, y después no la encuentres, y la gente te llame "desalmado" por el resto de tus días... En una palabra... "jodidos"... Tú también vas a estar así dentro de nada, concretamente dentro de poco más de media hora, pero ahora mismo eres libre y una sonrisa traviesa ilumina tu mirada. Así que te vas a la máquina de café, treinta céntimos a cambio del placebo de felicidad que simboliza tomarte ese "aguachirle" asqueroso aquí sentado, tranquilamente, sintiendo caer los segundos, mientras contemplas a los demás correr de un lado al otro, dejándose el alma, las costillas y véte tú a saber qué más... En ese instante decides que tal vez reincidas más en esto de venirte un poco antes a pasear tu media hora de libertad...


Y mientras piensas eso el café se escancia garganta abajo y la mente comienza a desperezarse, se siente cada vez más ágil, ¿podría escribir sobre este momento?... y justo cuando empiezas a maquinar líneas y perfilar párrafos aparece el nuevo, el novato, el pobre diablo al que he de iniciar en los caminos de este trabajo demencial al que ya he dedicado dos años de mi vida. Lo típico, primer día, llegar pronto, sanas intenciones, causar buena impresión, media sonrisa, "Buenos días", duda, inquietud, zozobra... "Buenos días"... todo eso me suena, a visto, a oído, y por supuesto a vivido, pero muy lejos, como en la vida de otro. Me cuesta horrores disimular mi disgusto, "¡me acabas de joder el café, chaval!", pero me callo, no me gusta ser tan hijodeperra a las ocho y media de la mañana...


Yo voy a ser lo más parecido a su padre esta mañana, los días que vendrán, y lo sabe, así que se queda ahí, vacilante, mirando el suelo, el cielo, la nada, todo menos a mí... me pregunto si habrá leído la "Carta al Padre" de Kafka, si sospecha mínimamente lo que se le viene encima... Definitivamente se fastidió el café y se arruinó ver currar a los demás aquí sentado, tan pancho, y por supuestísimo al carajo también cualquier pensamiento dulce que pudiese caer en mi mente producto de la soledad contemplativa... Así que estoy jodido, del todo, hasta el fondo, y media hora antes de lo que tocaba... ¡Eso me pasa por madrugar!


Me gustaría poder decirle que no lo haga, que se lo replantee seriamente, que todavía está a tiempo de volver a casa, a la cama, huír de este infierno y rehacer su vida. Me gustaría poder decirle que si dadas las nueve de la mañana decide acompañarme allá adentro entonces habrá rebasado el punto límite y ya no habría vuelta atrás. Decirle que yo fui exactamente él dos años atrás y opté, pobre infeliz, por cruzar la puerta y condenarme, y aquí me tienes, obsérvame bien, ¡así te quieres!, ¡esto es lo que quieres hacer de ti!... Hay guerras mucho mejores por las que entregar la vida, tío...


Pero en lugar de eso lo que le digo es que bienvenido, que tranquilo, que este trabajo no mata, que tal, que cuál y que Pascual... todo un montón de mierda infumable que a buen seguro debe estar matando algo en mis entrañas... ¡¿Y por qué lo haces entonces?!... Buena pregunta... y la verdad es que sólo se me ocurre decir que esto es la guerra y que las guerras, aunque nunca se ganan, tampoco se pierden a solas... y que como en toda guerra los hay que son veteranos, que tienen ya en la cara la mirada de los mil metros, como yo sin ir más lejos, y los hay que son novatos, "carne de cañón", mortajas andantes como aquí el menda... Y pienso también en los dos años que llevo aquí dando el callo, dejándome la piel y las neuronas, asesinando mis horas, y que hoy, precisamente esta mañana, no tengo ganas de hacer absolutamente nada, que tengo en más estima mi tiempo de lo que lo he tenido jamás, y que quisiera verdaderamente estar en cualquier otro lugar de la faz de la tierra excepto en este -mi cama a ser posible, gracias-... e invariablemente esos pensamientos me llevan a esos otros en los que imagino la cantidad de trabajo que aquí al nuevo compañero le van a echar a las espaldas y que, de no estar él, automáticamente tendría que hacer un servidor... y entonces el duendecillo malo se te aparece, el Hyde más ruín y reprobable se te presenta y te unta la moral y la entereza de bilis negra, viscosa... y entonces vuelves a sonreír travieso, más travieso que nunca, y el pobre chaval al que acabas de condenar pone cara como de preguntarse si debe ir con él la broma...


Miras el reloj, son casi las nueve, la Hora H, comienza la fiesta, el bombardeo, la sangría... y yo, como buen Capitán veterano con la mirada de los mil metros en el rostro, acompaño amablemente a mis nuevas hordas hacia la batalla, igualito que Drácula acompañaba a Harker a sus aposentos, amable, sonriente, maquiavélico. No sé si recordais un fotograma de "La Chaqueta Metálica" de Kubrick, los actores observan a la cámara en círculo y en contrapicado, bueno en realidad observan el plano subjetivo del que se supone es un compañero muerto, o moribundo -que para el caso es lo mismo-, y todos van diciendo un montón de chorradas trascendetaloides y supuestamente profundas acerca de la vida, la muerte, el valor, y maldita la suerte que nos puso aquí... hasta que llega el "sordo", ese al que todos llaman "Pedazo de Animal" y que es una auténtica máquina de matar, y mirando al fiambre suelta la gran y única verdad: "Mejor tú que yo..."


Así de simple y así de certero... como la bala de un francotirador traicionero que acaba contigo antes de que su estallido llegue a tus oídos muertos... y es que, lo creamos o no, en toda alma que se pega al ombligo con las prisas para no perderse en el abismo hay también un gran pedazo de cabrón viéndolas venir, esperando su momento, atisbando los próximos mil metros por si hay que mandar a algún novato a averiguar si esto que pisamos es o no un maldito campo de minas...


Quién sabe... Tal vez si hubiese dormido un poco más me habría levantado menos cabrón y todo habría sido distinto... pero ahora son las nueve y toca joderse, todos, del primero al último... y el primero que muerda el polvo que se dé por bien librado... pero si eres tú, mucho mejor que si soy yo... eso por descontado... y que conste que no es nada personal...


            								© JIP




Un Pedazo de Cabrón con la Mirada de los Mil Metros...

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