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DeMENTES

El Estado de las Cosas (Parte I)

Sumido en mi decepción, no hay nada nuevo en que creer. Siempre habrá alguien que se empeñe en decir no. No habrá quien lo pueda detener.

*Reincidentes


El mundo da vueltas sin parar en rededor de un "sol" metafórico dotado de un poder que no se merece. No fue una casualidad que las monedas fueran redondas y de color oro. Los viejos profetas extienden la fe religiosa a ámbitos suburbiales fomentando el conformismo, el victimismo y la disparidad social. Los nuevos profetas conviven en usufructo con aquellos: adoran a ese "sol" ficticio, lo acuñan con las caras de dirigentes políticos y reyes y lo dotan del mismo poder omnipotente que debió representar aquel mismo dios en el antiguo Egipto. El dogma de fe sigue tan pragmatizado como siempre...


La información se prostituye al mejor postor. Se fomenta la desinformación, la incredulidad y la apatía, a la vez que se invierte en bolsa. La Opinión Pública está sometida a los vaivenes del capricho, y la corrección política es sólo una tapadera, en absoluto subrepticia, que oculta una técnica de control social. Se fabrica un mundo bipolar donde solo cabe el éxito o el fracaso y donde reina el Estado Visual. El Gran Hermano orwelliano nunca estuvo tan cerca de hacerse cierto. La televisión fomenta un sentido individualista de la existencia porque destierra la conversación y se refriega en el lodo. La comunicación inter-pares se distorsiona; se promociona la mediocridad y se censura el esfuerzo intelectual. No se apuesta por una vida más fácil: se apuesta por una no vida...


Se vive muriendo.


                      J. P. Bango 

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