Blogia

DeMENTES

Sangre en las calles

Este es el año Neruda, y no se me ocurre mejor forma de homenajearle que reproduciendo una de sus poesías más sentidas, interpretada por el propio poeta.


Pablo Neruda, Explica algunas cosas en MP3. Y pone los pelos de punta, creedme.




Explico algunas Cosas:


Preguntaréis: ¿Y dónde están las lilas?
¿Y la metafísica cubierta de amapolas?
¿Y la lluvia que a menudo golpeaba
sus palabras llenándolas
de agujeros y pájaros?
Os voy a contar todo lo que me pasa.


Yo vivía en un barrio
de Madrid, con campanas,
con relojes, con árboles.
Desde allí se veía
el rostro seco de Castilla
como un océano de cuero.
Mi casa era llamada
la casa de las flores, porque por todas partes
estallaban geranios: era
una bella casa
con perros y chiquillos.


Raúl, ¿te acuerdas?
¿Te acuerdas, Rafael?
Federico, ¿te acuerdas
debajo de la tierra,
te acuerdas de mi casa con balcones en donde
la luz de junio ahogaba flores en tu boca?
¡Hermano, hermano!


Todo
eran grandes voces, sal de mercaderías,
aglomeraciones de pan palpitante,
mercados de mi barrio de Argüelles con su estatua
como un tintero pálido entre las merluzas:
el aceite llegaba a las cucharas,
un profundo latido
de pies y manos llenaba las calles,
metros, litros, esencia
aguda de la vida,
pescados hacinados,
contextura de techos con sol frío en el cual
la flecha se fatiga,
delirante marfil fino de las patatas,
tomates repetidos hasta el mar.


Y una mañana todo estaba ardiendo
y una mañana las hogueras
salían de la tierra
devorando seres,
y desde entonces fuego,
pólvora desde entonces,
y desde entonces sangre.
Bandidos con aviones y con moros,
bandidos con sortijas y duquesas,
bandidos con frailes negros bendiciendo
venían por el cielo a matar niños,
y por las calles la sangre de los niños
corría simplemente, como sangre de niños.


¡Chacales que el chacal rechazaría,
piedras que el cardo seco mordería escupiendo,
víboras que las víboras odiarían!


¡Frente a vosotros he visto la sangre
de España levantarse
para ahogaros en una sola ola
de orgullo y de cuchillos!


Generales
traidores:
mirad mi casa muerta,
mirad España rota:
pero de cada casa muerta sale metal ardiendo
en vez de flores,
pero de cada hueco de España
sale España,
pero de cada niño muerto sale un fusil con ojos,
pero de cada crimen nacen balas
que os hallarán un día el sitio
del corazón.


Preguntaréis: ¿por qué su poesía
no nos habla del sueño, de las hojas,
de los grandes volcanes de su país natal?


¡Venid a ver la sangre por las calles,
venid a ver
la sangre por las calles,
venid a ver la sangre
por las calles!









                                  © J. P. Bango

Ventanas de Luz

Recuerdo mi único año en la Facultad de Psicología, a mis tiernos 19 años, cuando creía que el periodo de lo posible coincidía con mis sueños. Tardé poco menos de tres meses en decidir que abandonaría la carrera aquel mismo año, lo vi claro, y la verdad es que me alegro, porque de haber avanzado más en aquellos estudios, probablemente habría llegado un punto en que hubiese creído padecer todos y cada uno de los desórdenes psíquicos y emocionales que se me fuesen enseñando…


Pero no necesité tanto tiempo para asumir mi error, me bastó con tomar conciencia cierto día de la cantidad de tiempo y prácticas que le estábamos dedicando al estudio físico del ojo humano, ya sabéis, todo aquel rollo de la retina, el nervio óptico, los bastones y los conos, y bla, bla, bla... ¡Yo no había ido allí para convertirme en un maldito oculista! Así que desde aquello dediqué por entero mis esfuerzos a petarme una clase tras otra, leer muchos libros, y escribir algún que otro cuento penoso.


¿Habéis buscado la palabra "ojo" en el diccionario, en una enciclopedia…? Siempre es lo mismo, como en la Facultad, que si nervio óptico por aquí, que si bastones, que si pupila, que si patatim, que si patatam... el típico esquema del globo ocular y el nervio que llega hasta el cerebro, y poco más. Todo muy frío, el ojo desde dentro, el ojo desde fuera, cómo funciona, por qué deja de hacerlo… cómo intentar revivirlo una vez ha muerto… pero nada de mirarlo de frente, tal que en un duelo, precisamente la mejor manera que hay de CONOCER, y siempre en singular… el ojo... como si no fuesen en pareja, como si todos fuésemos jodidos piratas Barbanegra, como si la mirada que todo lo dice no fuese la suma de dos ojos que contemplan, parpadean, duermen o lloran.


Contemplad un par de ojos fijamente, los vuestros ante el espejo, o los de cualquier otro si os deja y hay confianza. Allí está todo, todas las respuestas, algunas inteligibles, otras, las más, escritas en una lengua indescifrable a la razón pero asequible a los susurros del sentir.


Ojos, espejos, océanos cristalinos de pasión, duda, miedo y fervor, para todos los gustos… Miradas de infinito, de abismo, de locura, cómplices, tristes, vivaces, melancólicas, líquidas como hilos de agua en deshielo peinando la piedra pulida en su bajada.


La gente tiene miedo a mirar, a ser mirado, tantos y tantos van con la cabeza gacha vigilando el suelo no sea que se escape, soslayando las retinas ajenas… Paseas por la calle y alguien te mira fijamente, un desconocido, cualquiera, y no sabes por qué lo hace, ni qué pretende, pero te sientes agredido, como si hubiesen ultrajado tus entrañas, porque sabes, o crees, o presientes, que los ojos son una puerta directa al fondo de tu corazón.


Por eso cuando a veces me preguntan cuál es mi película favorita la respuesta es siempre la misma, seca y directa, "Blade Runner", supongo que muchos ya lo sabíais… ¿Por qué?... simple, porque es una película de ojos y de miradas, de retinas y de pupilas, y de ciegos visionarios. Recordáis el ojo inicial y las llamas de Los Ángeles 2019 reflejándose en él; el test de retina "Voight-Kampff" que revelaba la ausencia de empatía en los replicantes; a Roy Batty asesinando a su padre, hundiendo sus pulgares en las cuencas de los ojos de su creador; a Daryl Hannah, alias Pris, pintándose los ojos de negro con aerógrafo, como presintiendo que muy pronto se los iban a cerrar para siempre… Y podría seguir y seguir mentando ojos, describiendo miradas, perfilando vidas, hasta el infinito, ese mismo que tan bien se refleja en una pupila y un iris que ama, o teme, o tiembla de ilusión.



Blade Runner... una Película de Ojos Mirar...




Como un cajón de sastre en el que todo cabe y todo encuentra su sitio, las miradas… verdes, azules, marrones, grises… son las ventanas a nuestros abismos, también las puertas a todo lo divino que poseemos, y, por supuesto, las respuesta a todos los interrogantes… siendo quizá nuestra mente todavía adolescente la que no alcanza a desencriptar todo lo que una mirada directa, cercana, sincera, puede ofrecer… y de esto los psicólogos poco o nada quieren entender todavía…


            								© JIP

News in the Morning

Lo cierto es aquí a un servidor la suspensión de la incredulidad en la ficción le gusta con ciertas limitaciones, sobre todo si no estamos hablando de géneros como el terror, la fantasía, la ciencia ficción, o el pornete trotón. De modo que si tú eres director de cine, por poner un ejemplo, y pretendes hacerme creer que un tipo cachas con rostro de palo es capaz de esquivar mil y un proyectiles adoptando las posturas más inverosímiles y sirviéndose de los Deus Ex Machina más absurdos, por lo general, terminaré por cagarme en tu sombra y en la del idiota que te dio el dinero para perpetrar tamaña majadería. En este sentido, por ejemplo, el "modelno" cine de acción y aventuras, toda la saga Bond en general, y el inefable John Woo en particular, me repatean sobremanera lo que no suena...


Pero claro, de repente una mañana, como la de hoy sin ir más lejos, te da por encender el televisor y echarle una ojeada a las noticias. Llevaba la tira de tiempo sin "videar" la caja tonta y todo eso que mi equilibrio mental agradecía, pero todo se va al garete cuando te enteras de que allí en Irak, donde los valerosos soldados yankis se dejan el pellejo para que aquí el carburante siga subiendo, se pueden derribar aviones espía a tiro de Kalashnikov, o que, también, si te da la gana, puedes entrar en un museo a punta de pistola y llevarte "EL Grito" de Munch a cuestas, cargarlo en tu utilitario particular, y ala, carretera y manta...


Y entonces tomas conciencia del sinsentido de todo, de la cara de gilipollas que se te ha quedado, taza de café oscilando en mano, mientras piensas, "Mierda... qué leches pasó aquí mientras estuve fuera..." Y lo que pasó, supongo, fue que al fin John Woo, el inefable, y sus acólitos consiguieron crear escuela, y ahora todo lo imposible no es sólo posible sino asquerosamente probable.


Y todas aquellas maravillosas pelis bélicas en las que nada de lo que disparases desde tierra podía contra el Messerschmit asesino en rasante vuelo contra tu alma se van a la mierda; y aquellos entrañables films de ladrones de guante blanco que se ingeniaban mil y un planes exquisitos, elegantes, pirotécnicos, para robar esto o aquello, con estilo, con caché, se van también al cuerno... Sí, todos justo allí, en el lodo donde también se quedó mi jodida suspensión de la incredulidad... ¿la vuestra no?...


Y entonces miras a tu alrededor y piensas, bueno, y los cambios cuándo llegan hasta aquí... y aguardas en silencio, el café ya frío en tu tazón oscilante, diez segundos, no más, porque después lo que quieres hacer rápidamente es apagar ese cacharro infernal y no volver a encenderlo hasta que este mundo loco y cabrón haya dado otra vuelta de tuerca, quizá la final, y los ríos de fango hayan vuelto a su cauce de sucia tierra... Habrán pasado entonces unos meses, puede que años, y tú tendrás más canas y estarás un poco más de vuelta de todo, pero al menos lo imposible volverá a serlo, y el planeta parecerá de nuevo el sumidero que recordabas... aquel que tan bien te acogía haciéndote sentir tan... ¿apestosamente humano?...


Pero bueno, eso lo piensas, no lo haces, porque has decidido que no vas a apagar el televisor, que tú también quieres tu ración de imposibles hechos carne y sangre, y que te vas a quedar ahí esperando lo que haga falta, hasta que te toque el turno de mandar a paseo la suspensión de incredulidad por un día y sonreír... porque tu casa, el mundo, la vida, están del revés y el período de lo posible vuelve a abrirte sus puertas... todavía no sientes rotos todos tus huesos...


Y la pantalla te observa, y tú aguardas, el tiempo pasa, los segundos caen, la eternidad se acerca... pero sigues pensando lo que que Kris en Solaris... que el tiempo de los milagros todavía no ha terminado para ti...


            								© JIP

Males cotidianos

Una sesión continua de toda la filmografía de Renee Zelwegger; una cena de acción de gracias con George Bush. Jr, a tu lado, bendiciendo la mesa…; una tarta salada sin guinda ni substancia…; una partida de póker sin suerte ni dinero; un película de Antonioni con sueño; unos juegos olímpicos sin medallas…


Dormir en un saco cerrado junto a una gata en celo; fallar un penalti en el último minuto; acertar “de penalti” antes de tiempo; tener como vecinos a miembros de una comuna concupiscente y una casa con tabiques de papel; asistir a una reunión de negocios con tipos del “opus dei”; salir con picores del último prostíbulo; venerar a deidades que no saben ni que existes…


Sentir frío en verano; dejarte caer desde la cama; creer que lo que dicen los políticos es cierto; votar, de todos modos, después; madrugar más que tu jefe; ser consciente de que el trabajo perjudica seriamente la salud y no tener arrestos para encarar esa situación; satisfacer tus debilidades con adicciones; vender tu dignidad a cambio de tiempo perdido y un jardín para regar…


Sufrir por los demás sólo hasta que apagas la televisión; creerte el centro del universo; decir que sí cuando quieres decir que no; decir que no cuando deseas gritar que ¡sí!; llorar lágrimas invisibles; vivir muriendo sin saberlo; saberlo y no hacer nada para evitarlo; evitarlo sólo en sueños; soñar más de lo debido...


Sin embargo, sólo alguna de estas cosas son peor que un dolor de muelas…


¡Unas tenazas, please!


                                  © J.P.Bango

Un día como el de hoy...

Domingo. Me despierto a eso de las siete y poco y sé que ya no voy a poder dormir más. En eso sí me conozco. Han sido apenas cinco horas de sueño ligero y malo, de dar vueltas y no saber dónde narices meterme. Me levanto, no se escucha nada. En mi edificio todos duermen menos yo, incluso el silencio. Me duele un poco el costado.


Una buena y larga ducha me ayuda, rompe el silencio en mis oídos, el agua tibia reblandece mis pensamientos, les pule el anquilosamiento que les produje a lo largo de toda la tarde y parte de la noche pasada, a base de repasarlos una y otra vez, apalearlos, bombardearlos con mis dudas y mis inquietudes. No es que con el agua cayendo sobre tu cabeza se vea todo algo más claro, pero al menos si te sientes más liviano, como cuando te afeitas después de una semana... miras al espejo y sigues siendo tú, el de siempre, pero con una pinta algo mejor de la que esperabas. Me gustaría quedarme allí un buen rato más pero en un instante he decidido que necesito irme, salir de casa, y es lo que hago.


Cojo el coche y me voy a Tarragona, a la playa, todavía es pronto y con suerte no habrá mucha gente. Cuando llego sólo hay unos pocos bañistas valientes y yo me alejo lo más posible de cualquiera de ellos. Me siento en la arena, no demasiado lejos del agua, sólo lo justo para no tener que salir de allí empapado... y me dejo llevar.


No tengo ganas de pensar en nada, eso ya lo hice ayer demasiado y no sirvió de nada, o tal vez sí, o tal vez nunca sirve, pero ahora sólo quiero estar allí un rato, mirando el mar, a distancia de mí mismo, al menos hasta que el sol empiece a dar caña o la gente paseando sus carnes a mi alrededor sea más de la soportable.


Pasa un buen rato, no sé cuánto, y no sé a través de qué asociación llego a las olas, que me llaman, y un puente. Hacía tiempo que yo quería escribir algo sobre un puente, pero hasta ahora no había sido más que uno de tantos apuntes colgados ahí, en mi cabeza, como anzuelos espectantes. Y de repente ya lo tenía, ¡había picado uno! Tenía un puente, tenía las aguas que vienen y van, siempre cíclicas, y tenía mi propio estado de ánimo, que visto lo visto, lo habréis comprobado, no era demasiado bueno. Poco a poco todo fue tomando forma y estructura en mi cabeza, cogiendo su sitio, y no tardé mucho en darle un armazón más o menos consistente. Creo que en esos momentos son los únicos en los que mi cabeza sí sabe exactamente lo que tiene que hacer. En pocos minutos la tuve, a buen recaudo en mi memoria. Ya sólo faltaba lo peor, que es escribirla, pero eso es algo que habría de hacer en casa, y a eso me puse. Dejé la playa, empezaba a haber más bañistas de los que podía encajar.


Llego a casa y me pongo ante el teclado y todo comienza a fluir. Es sorprendente porque yo no funciono bien con el teclado, lo mío es el papel, pero de todos modos siento que soy capaz de seguir, que la cosa toma buen cuerpo. Así que sigo escribiendo a la espera de encontrarme con el típico bloqueo que me frene y tenga el relato en el dique seco durante días, semanas, quizá para siempre. Pero al cabo de poco más de una hora lo he terminado y no me lo puedo creer. Se titula "El Tiempo del Sueño" y si queréis lo podéis leer en mi blog, TannHäuser... juzgad qué os parece...


Bukowski dijo que la escritura sólo sirve en tanto en cuanto salva tu pellejo, y pienso que hay mucho de verdad en ello. A mí no sé si me lo salva o me lo deja de salvar, de comer sí no que no me da, pero al menos me mantiene en el umbral de la cordura, lo que no es poco. La verdad es que no es un cuento agradable, incluso contiene una idea horrible, una de las más horribles que quizás he llegado a plasmar por escrito, pero mientras la escribía sentía que tenía validez en mi pensamiento, en mi ser y estar en aquel instante, y ahora está allí, fijada en mis palabras.


A la mayoría de gente no le gusta que les cuentes cosas tristes, cosas terribles o melancólicas, y la verdad es que ese es el terreno en el que yo me suelo mover mejor, quizá porque siempre he sido algo triste y melancólico. Ha habido gente, amigos que son, amigos que fueron, que habiendo leído cosas mías, me preguntaban por qué escribía acerca de todo aquello, quizá pensando que yo debía ser un tipo que se pasa las 24 horas del día, los 365 días del año, deprimido... como si no fuese otra cosa que postración. Yo siempre contesto a eso que es lo que hay en mi cabeza en ese momento, no creo tener por qué justificarme más.


Porque al fin y al cabo la escritura es una forma de desahogo, una vía de escape a tantas y tantas cosas que te hacen la vida imposible. Uno escribe para exorcizar sus demonios y fantasmas, y mucha de mi literatura surge de y por la soledad, y con esto no me estoy refiriendo a no tener a nadie, personas, amigos con los que charlar, divertirse, compartir dichas y pesares, sino, antes bien, me refiero a la soledad que supone enfrentarte contigo mismo, con al abismo de todo lo que eres y lo que pretendes ser... Y lo peor de todo es que cada vez que te enfrentas a ti mismo siempre te sorprendes, nunca sabes bien a qué atenerte, conoces cosas nuevas, y no necesariamente buenas...


Por eso escribir es una forma de conocerme todo y que sé que jamás llegaré a conseguirlo del todo. Yo admiro realmente a toda esa gente que tiene esto del vivir tan por la mano, que siempre están tan seguros de sí mismos, o aparentan muy bien que lo están, y cuyas decisiones son siempre las correctas. Amo a esos jodidos triunfadores, y de no ser porque pienso que casi todo es fachada e impostura, les preguntaría que de dónde sacaron el libro de instrucciones de la vida, que si lo compraron en algún sitio o les venía de serie o qué... porque lo cierto es que a mí me está costando bastante esto de aprender a vivir, y aun a estas alturas no sé si no hago otra cosa que andar dando vueltas en círculos, totalmente perdido.


Quizá es que me cuestiono demasiado las cosas, que todo puede ser más simple que eso si te lo propones seriamente. Puede que sea verdad, o quizá es que duermo demasiado poco y que a consecuencia de ello me paso demasiadas horas conmigo mismo, despierto, limando los bordes de mi cerebro, y de eso termina por salir lo que sale. La verdad es que no sé nada, ni pretendo saberlo. Tal vez algún día, más adelante, dormiré más y mejor, y me sentiré menos solo, y entonces ya no necesitaré sentarme a la orilla del mar a pensar, ni escribir cuentos como el de hoy. O tal vez no cambie nunca, y esta sea la esencia que, buena o mala, me guste o no, habré de respirar hasta el fin de mis días.


En cualquier caso, mientras la ducha y la escritura sigan cumpliendo su cometido, estaré bien...


            								© JIP

DM News

Bienvenidos a éste primer DM news, noticiario que les tratará de acercar los temas más destacados de la última semana...


- Autorizan a científicos británicos a clonar embriones humanos


“Científicos británicos dijeron el miércoles que habían recibido la autorización para clonar embriones humanos con el objetivo de realizar investigaciones médicas, lo que creen que es la primera licencia de este tipo concedida en Europa”


En nuestro país, La Asociación para la Defensa de la Humanidad ruega, en un sentido comunicado, que se abstengan de clonar genes de Tony Blair o a su amigo tejano George Bush Jr. (Por si acaso)




- Hay Prozac en el agua de consumo doméstico en Gran Bretaña


“El consumo de Prozac es tan elevado en Gran Bretaña que está presente incluso en el agua de consumo doméstico, reveló la Agencia Británica del Medio Ambiente”


DeMENTES news ha tenido acceso a un documento confidencial signado por el eminente científico Dr. Jetus, donde aconseja una primera intervención de urgencia para compensar dicho entuerto: poner Viagra. Con esta actuación se persigue, tal y como podemos deducir de dicho informe, compensar el entuerto y, de paso, subir la moral del pueblo británico, nos dicen, de capa caída últimamente.




- Un invitado devorado por sus anfitriones en una boda en Filipinas


“Cuatro personas fueron detenidas en el suroeste de Filipinas por haber matado a un invitado durante una boda, haberlo asado y haberlo devorado en parte antes de servir los restos a los demás invitados, informó el miércoles la policía”


A falta de confirmar el parentesco sanguíneo de los susodichos con cierta Familia de Texas aficionada a los máscaras de cuero, se rumorea que el invitado pudiera tener algún tipo de relación con la Hacienda Pública.






El Incidente Tunguska



- Descubren los restos de una nave extraterrestre en Siberia


“Científicos rusos afirmaron haber descubierto los restos de una nave espacial extraterrestre caída en 1908 en Tunguska, Siberia, informó el miércoles por la noche la agencia rusa Interfax”


DM News ha entrevistado, en exclusiva, a uno de los científicos responsables de este descubrimiento y nos ha confirmado, no sólo la presencia de una nave alienígena, sino que además vino tripulada por un tipo cuyo ADN -se está estudiando en estos momentos en cierto mausoleo- pudiera coincidir con el de… ¡Lenin!


Ante esta comunicación y de forma paralela, un grupo de científicos norteamericanos financiados por “La hermandad de la equidad capitalista”, un conocido lobby tejano, ha organizado un symposium para divulgar “la naturaleza alienígena del comunismo”. Según ha podido confirmar DM News, los organizadores del Symposium espera confirmar, en breve, la presencia de algún expresidente de gobierno europeo que, en estos últimos meses, anda bastante desocupado.




- De mono perezoso a mico trabajador


“Gracias a una terapia genética, científicos estadounidenses lograron transformar a monos perezosos en adictos al trabajo”


Empresarios españoles, celosos de los monos norteamericanos, se reunieron con los genetistas autores de la investigación con el objeto de adaptar los pormenores del estudio al territorio nacional…




- El Informativo “al desnudo” llega a Europa


“El formato de informativos de televisión en el que las atractivas presentadoras se desnudan mientras desgranan la actualidad, llega al Reino Unido. El primer boletín de Naked News se emitió el martes a las 22.30 horas”


Se confirma que Letizia Ortiz, reconocida periodista que se encuentra sin trabajo en la actualidad, no será, finalmente y a pesar de la rumorología, una de las presentadoras de este informativo...




La Noticia Imposible de hoy:


Estados Unidos respetará la tregua olímpica


En fin, así son las cosas y así -bueno, más o menos-, se las hemos contado.




                                  © J.P.Bango

Incubando las Tinieblas

Tengo un amigo, últimamente también compañero de trabajo -¡viva el enchufe y el coleguismo!-, que de tanto en tanto llega por la mañana y me suelta “Hoy me encuentro psicopático”, tal que así… Como psicólogo en ciernes sé que lo suyo es deformación profesional, pero creo saber más o menos qué es sentirse así, más que nada porque estos últimos días también yo ando con el psicopático subido.


Hay quien diría que se siente inquieto, desazonado, puede incluso que angustiado, pero si te atreves a escarbar un poco más en la llaga de tus aprensiones puedes llegar a sacar mucha más mierda de la que imaginas. Recordáis al Hombre Lobo Americano en Londres, justo antes de la primera transformación lobuna… el pobre hombre llevaba toda la tarde que se subía por las paredes, nervioso, atribulado, sin saber qué demonios hacer con sus manos y sus pensamientos. Hasta cierto punto es comprensible; el tío andaba enamoradillo de la guapa enfermera que le había lamido las heridas, y su mejor amigo lo visitaba de vez en cuando, todo él hecho un guiñapo de muerto viviente cada vez más putrefacto, para pedirle por favor que tuviera a bien suicidarse, que sería lo mejor para todos, para los muertos y para los vivos, porque a no tardar, justo con la siguiente luna llena, iba a convertirse en un bicho con muy malas pulgas. De modo que, ante este panorama, ante tan ambivalentes expectativas, medio enamorado, medio alucinado y medio cagado de miedo, era normal que el tipo anduviese sin ganas de nada, ni de leer, ni de comer, ni de estarse quieto ¡leches!... hecho un manojo de nervios a punto de rebasar el punto límite.


Y el punto límite, amigos, es algo que siempre acaba llegando, pregúntenselo si no al cachondo de Murphy... sí, el de la tostada. En el caso de nuestro licántropo personajillo, el punto límite fue el primer rayo de luna llena filtrándose a través de la ventana, y a partir de entonces todo fue un rápido convertírsele los sudores, los picores y las calenturas en bello negro, látex hinchado y temibles fauces de mala bestia. ¡Rick Baker se lo curró, la verdad!...Y, bueno, en otros casos más mundanos, el de mi amigo por ejemplo, el de vosotros, el de cualquiera, incluido por supuesto el mío, el punto límite puede esconderse allá donde menos lo esperes. El acontecer diario de uno está plagado de potenciales puntos límite, abismos insondables sobre los que dejar planear la sombra malvada que todos llevamos adherida al corazón y las espaldas, cual buitre carroñero y parásito.



Rebasando el Punto Límite...




Se pasa uno el día, la semana, la puñetera vida entera batallando con sus sentimientos de vida, sus impresiones de muerte, con las dichosas pulsiones de Eros y Tanathos, de aquel otro gran deMente, un tal Freud, pero casi siempre a un nivel inconsciente, o sea, tú en realidad crees que vives, que amas, que sueñas, te trabajas un modo de vida en la confianza de que todo no se reduce a una absurda impostura… pero nada sabes de las terribles contiendas, maniqueas y bestiales, que se libran en el fondo de tu psique, hasta que de repente un día salen a flote, asaltan tu mente despierta, y entonces sientes lagunas negras en la cabeza, que las tinieblas están tan cerca que puedes percibir su acre hedor, que las tienes tan pegaditas a tu alma que puedes ver cómo te devuelven sonrientes la mirada… y a partir de ese instante ya estás listo, a punto para la boca del lobo, o del licántropo, como gustéis…


El resorte puede saltar por cualquier cosa, una mala contestación, una sutil ironía a destiempo, una broma no tan ligera como se pretendía, un bocinazo impaciente o incluso el llanto inagotable de una criatura vecina a las cuatro de la mañana, ¡y tú te levantas a las seis!… Las posibilidades son infinitas, tantas como hombres capaces de asesinar y ser asesinados, de dejarse dominar por la sombra. Y una vez lo haces ya está, el bueno de Murphy gana la partida y él y su tostada dichosa se marchan a tocarle a otro los mismísimos, porque tú ya estás finiquitado, marcado, como una carta de póquer con la que la muerte ha de ganar la mano de tu vida. Quizá reacciones con rabia, dominado por la ira, e intentes partirle la nuez al primero con el que te topes en la calle; o bien te dé por derrumbarte sobre tu postración, hasta que las lágrimas desequen tu cuerpo; o, simplemente, como la mayoría, decidas bajar los hombros y los párpados, admitir la derrota, sumiéndote en la atonía por el resto de tus días, transcurriendo con el tiempo, hasta que éste decida dejarte atrás.


En cualquier caso, recordad, el punto límite siempre está ahí, acechando, y siempre consigue su presa, siempre gana, porque como Murphy a su tostada, como el buitre al moribundo, como el lobo al cordero y la sombra al viajero, la muerte aguarda a su caza investida siempre de su mejor y más efectiva arma, la paciencia. Sólo debe limitarse a esperar que seamos los hombres, nosotros, sus presas, quienes agitados en nuestra angustia, terminemos por bajar la guardia, apartándonos voluntariamente de la luz, de nuestras ilusiones y esperanzas, cayendo irremisiblemente en sus finales garras.


            								© JIP




Incubando las Tinieblas...

Sexo y Lenguaje

Resulta complicado obviar las circunstancias sociales, morales y religiosas que dan forma y pronunciación al lenguaje, así como el carácter subsidiario y acomodaticio de éste. Que algo divertido sea algo cojonudo (hay quien presume de explicitud gritando: ¡es la polla!), y algo aburrido y pesado sea un auténtico coñazo puede parecer, simplemente, una casualidad fruto del capricho de una lengua, no lo olvidemos, usufructuaria de la sociedad que la cobija, cuida y da sentido y esplendor. Pero también puede demostrar la existencia de un lenguaje anacrónico al que le cuesta, no sabemos con qué intención, adaptarse a los cambios que se producen en su entorno.


Si el Zorro (etimológicamente: holgazán, arrastrado…) es un “Mamífero cánido de menos de un metro de longitud, incluida la cola, de hocico alargado y orejas empinadas, pelaje de color pardo rojizo y muy espeso, especialmente en la cola, de punta blanca…”, y la Zorra, la hembra de dicho animal, parece difícil justificar la existencia de adjetivos que para el hombre, zorro, venga a referirse a un tipo “astuto”, hábil en las negociaciones, y para la mujer, zorra, venga a significar coloquialmente, prostituta. El diccionario es prolijo al definir, coloquialmente –insistimos-, la prostitución femenina. Así, nos encontramos con prostitutas, putas, rameras, zorras, damas públicas, golfas… como representantes de mujeres que mantienen relaciones sexuales a cambio de dinero. De nuevo, podemos apreciar como el femenino Golfa (Prostituta) se contrapone al masculino Golfo (“Pillo, sinvergüenza, holgazán”). Lo mismo ocurre con Mujer Pública o Mujer Perdida (“Prostituta”) respecto a su contrapuesto: Hombre Público (“El que tiene presencia e influjo en la vida social); Cortesano (“Perteneciente o relativo a la Corte”) respecto a Cortesana (“Ramera de calidad”), Fulana (“Prostituta”) frente a Fulano, pseudonombre utilizado “para aludir a alguien cuyo nombre se ignora o no se quiere expresar” o, por último, Lagarta (de nuevo coloquialmente: “Prostituta”) frente a Lagarto (Reptil).


Sin renunciar al cariz sexual, pero sin dinero (aparente) a cambio, la sociedad pasada y presente nos regala eufemismos variados para referirnos a la mujer que mantiene relaciones sexuales fuera del matrimonio. Así nos encontramos con amantes, mancebas, concubinas, amiguitas, favoritas, prójimas, todas ellas de opuestos o, cuanto menos, distintos significados que sus masculinos…


Extrañamente, el equivalente masculino de prostituta, “prostituto”, nos resulta una palabra cuanto menos grotesca, incluso fantasiosa, modernamente sustituida por el extranjerismo Gigoló (más próximo al concubinato que a la prostitución, propiamente dicha) y, desde luego, exonerada de la consideración despectiva propia de alguna de sus equivalentes femeninas.


Fuera del ámbito puramente sexual (por cierto, ¿alguien sabe por qué hay quien utiliza con total normalidad la expresión Sexo Débil para referirse a la mujer?), nos encontramos con alguna curiosidad como Asistenta (para referirse a una criada) en contraposición a Asistente (Adjunto de alguien que ejerce un cargo importante); verdulera (“Mujer descarada y ordinaria”) frente a verdulero, osea, la persona que vende verduras…


En fin, no os pongáis histéricos (de Hystérie, sí, osea, matriz, víscera de la pelvis), sé que es una putada (de "puta") pero tengo que acabar… Por hoy.


                    © J. P. Bango 

Mi Vida en Llamas

Sábado. 9 de la mañana. Y ya en pie. Debería dormir un poco más, pero no puedo, así que doy paso al día. Los sábados por la mañana hay un pequeño mercadillo de libros de viejo y antigüedades aquí en Reus, porque aquí un servidor es de Reus, ya sabéis, la ciudad de la que salió Gaudí, aquel genio de los edificios raros. Llevo años comprando libros en ese mercadillo, la mitad de mi biblioteca se hizo con ellos, y todo y que últimamente me he vuelto más selectivo y compro muchos menos, de cuando en cuando sí cae alguna que otra joya. La semana pasada sin ir más lejos me hice con "La Isla del Tesoro" de Stevenson en edición Avatares de editoral Valdemar, con las ilustraciones originales de N. C. Wyeth ¡por sólo dos euros y medio!... Aunque tengo ya dos ediciones del libro -y otra que regalé-, aquel era un lujo que no podía dejar escapar... y es que hay gente que no sabe lo que vende... ¡y yo que me alegro!...


Siguiendo este hilo, la tarde ya entrada y por asociación, acabo, como casi siempre, derivando hacia el mundo del cine, de la "Novena Puerta" de Polanski, o de la literatura, del "Club Dumas" del Reverte, que para el caso son lo mismo. Recuerdo al pobre anciano paralizado en su silla de ruedas, hemipléjico o lo que fuese, pero consciente todavía, con la luz de la mente encendida, guiñando un ojo de rabia, apretando un puño de impotencia, mientras sus familiares, los hijosputa, malvendían su fabulosa biblioteca, los libros de toda una vida, al cabroncete mercenario del Johnny Deep, alias Dean Corso... ¡mecagüensusmuertos!... ¡aquello me dolió hasta a mí!


Y me dolió porque yo también tengo muchos libros, una ingente cantidad de ellos, y los quiero, del primero al último, como auténticos hijos, y me horroriza pensar que algo semejante pudiese sucederle a mi biblioteca cuando yo ya no esté para leerla, admirarla, cuidarla... Habrá quien piense que qué más da, que tú ya no estás entre los vivos, que pasaste a mejor vida y que el destino de esa biblioteca que mimaste está ahora irremediablemente sellado en las manos de Satán sabe quién... Y no le faltará razón sin duda, pero, qué queréis que os diga, son mis libros; crecí con ellos, me hice con ellos, maduré con ellos, y puede que incluso me sea dado envejecer en su compañía, y cuando muera habrá en ellos tanto de mí... recuerdos, memorias, pedazos y retales de existencia... como en los seres vivos amados y odiados que me sobrevivan, puede que incluso más...


Creo que es algo sobre lo que reflexionar... aunque no demasiado, porque mirándolo con frialdad me produce escalofríos pensar en ello, porque podría comenzar a dar pie a imágenes dantescas... mis libros encerrados en una habitación mohosa y oscura, sin nadie que los vuelva a leer jamás... mis libros tirados en el suelo de cualquier mercadillo, rancios, destrozados, en pírrica subasta al mejor postor... mis libros, abandonados, tirados a la basura como desechos, enterrados en montones de mierda y escoria para siempre... incluso quemados, todos ellos, con toda su carga de mí y de los que me rodearon, quemada también, convertida en humo y cenizas...


La Biblioteca de Alejandría ardió hasta los cimientos llevándose consigo textos irrecuperables... Los nazis también le pillaron gustillo a eso de quemar libros, por aquello de higienizar la cultura aria... ¡Demonios!, incluso François Truffaut se atrevió a incinerar cientos de volúmenes en su "Fahrenheit 451", ¡libros de verdad!...


Y lo cierto es que ahora que lo pienso bien, de todos los posibles destinos que podrían aguardar a éstas, las páginas que me enseñan y rodean, me divierten y acompañan, no se me ocurre uno peor, más infame, que el de las llamas... que sus cenizas acabasen por mezclarse algún aciago día con el polvo en el que tiempo atrás se convirtió aquél que tanto y tanto los amó...


En fin, ahora, si no os importa, me retiro a luchar con la página en blanco, pero esta vez al modo clásico, con tinta y pluma, porque hace unos días que me ronda una bonita historia por la cabeza y quiero darle rienda suelta. De momento sé que la protagonizan unos ojos verdes preciosos... pero del desenlace, incluso yo, su autor, todavía nada sé...


Incendiarias noches.


            								© JIP

El Poder de la Memoria

Define la R.A.E. la memoria como la “facultad psíquica por medio de la cual se retiene y se recuerda el pasado”. Extendiendo este concepto a un entorno dominado por las conexiones silícicas, la palabra memoria dejaría de regodearse de su cualidad “psíquica” para sumergirse en un supramundo virtual que, bajo la base de un código binario, integrase en su seno la posibilidad (cada vez más real) de convertirse en un receptáculo contenedor de un flujo de información sumamente extenso. Supondría, ya lo habéis adivinado, la cristalización oficiosa y práctica de una de las panaceas más irrealizables del más soñador de los enciclopedistas: poner al alcance de todos… la memoria de la humanidad.


Resulta paradójico que un instrumento fruto de la paranoia militar más retrógrada, la archiconocida Red Arpanet, diera lugar a una plataforma de intercambio de información científica que heredarían las universidades, en un primer lugar, y el comercio -un estamento siempre goloso de detectar y satisfacer nuevas necesidades de consumo-, en un segundo estadio, necesario para universalizar una plataforma plural que hoy, llegados ya a un tercer estadio de carácter ecuménico, todo el mundo conoce con el nombre de Internet.


Construirse un Lugar en una red informativa tan extensa como Internet, por ello, puede significar sumergirse en una eventualidad infructuosa donde los únicos beneficios los amortice el ego, pero también debe representar, y representa, adentrarse en una aventura sin retorno donde los únicos límites conocidos los concede la falta de imaginación. Fijaos que un lugar como éste, nada más y nada menos, representa la divulgación a grandes voces de dónde está y cuál es nuestro lugar en un mundo, no descubrimos nada diciendo esto, sometido a la dictadura de la impersonalización y el desarraigo, de la practicidad y el consumismo.


No hace mucho, cuando, en quinto curso de la facultad, el Catedrático provocaba a nuestro ingenio para realizar una tesina sugestiva (necesaria para aprobar la asignatura de Investigación), aquellos que teníamos por origen una zona rural, más o menos pequeña, éramos animados a indagar sobre las raíces y la historia de nuestro pueblo. Decía, y quizás no le faltaba razón, que frente a aquellos que provenían de unas zonas urbanas más asentadas (y más estudiadas, por ende) gozábamos de dos grandes ventajas: que el objeto de estudio era cuantificable y delimitado, y que, naturalmente, nos quedaba todo por hacer. Deseché, sin embargo, la posibilidad de embarcarme en una investigación de ese calado a cambio de otros temas de índole más pragmáticos. Supongo que el tiempo, ya lo está haciendo, desacreditará una elección que no otorgaba consideración alguna al valor de la memoria.


Reivindico hoy, en este rincón que el futuro convertirá en sarcástico y menos trascendental, el valor de la memoria escrita, nuestra memoria, para que conserve con el transcurrir de las semanas, meses, años, aquello que alguna vez creímos necesario reivindicar, criticar, ridiculizar… y, de modo accesorio, hago público el deseo de que esta voluntad primigenia de la que hoy día presumimos, no se deje fagocitar por el conformismo o la apatía y que, con el mismo recelo, consigamos continuar por la senda de los que no olvidan, agradecen y saben apreciar la valía de las pequeñas cosas y el poder de la memoria. De nuestra memoria…


De(nuestra)MENTE

            © J.P.Bango

SILENCIOS

Es chungo esto de ponerse aquí, delante del ordenador, el teclado esperando tus dedos, y no saber de qué carajo escribir. Nada que valga la pena, nada que llame tu atención, como si fuese una papelera vacía en la que ninguna bola de papel acierta a entrar. Quizá es que tienes la cabeza llena de demasiadas cosas, bailando nerviosas sin poder asentarse, como si un poltergeist se lo estuviese pasando pipa haciendo juegos malabares con tus pensamientos. O quizá es al revés, que tienes el cerebro seco ya de todo un día de ajetreos, gritos, malas caras y peores miradas, semáforos reales -de esos que te saltas en rojo- o simbólicos, subconscientes, que van empujándote o frenándote a su voluntad, agotándote subrepticiemente, segundo a segundo. Y llegas a casa, hogar dulce hogar, silencio... te duchas, te pones cómodo, tal vez comes algo, o no pruebas bocado porque tu nevera es el espectáculo penoso y desértico de siempre. La noche empieza a abrazarte, algo de música, no muy alta, caes en la cuenta de que ese es seguramente el mejor momento que has tenido en todo el puñetero día... sonríes. Piensas que podrías escribir algo decente, algo que te sacara la mente a pasear aunque fuese unos minutos. Te pones a ello, optimista, casi feliz, pero el entusiasmo dura poco. No hay nada que hacer, hoy el teléfono seguirá sin sonar. Entonces dudas, dudas demasiado, fatalmente. Te preguntas qué sentido tiene todo, qué sentido tiene nada, incluso la escritura, incluso quien escribe, o sea yo. Y hechas un vistazo a la casa, te gustaria dejarte dominar por el pánico pero estás demasiado cansado como para acoger ni un escalofrío más. Así que subes un poco más la música, para ahogar el silencio, para combatir el aire muerto que te arropa, para no poder escuchar ese teléfono que sabes que no va a sonar...


Así que de todos modos escribes, escribes... lo que sea, aunque sea una idiotez, una completa mierda... porque sientes que mientras lo haces al menos las letras te acompañan...

            								© JIP



Figura Escribiendo Reflejada en un Espejo de Francis Bacon, 1976

DeMENTIA

Quizá os preguntéis el porqué de esta página, del feo bicho que os observa amenazante desde la portada, de los raros nombres que la pueblan…


Por qué demonios dos tipos que apenas se conocen, que tienen más bien poco en común, que casi ni tienen tiempo para llevar al día sus respectivas bitácoras, quieren echar a perder un tiempo que no tienen en este invento…


A qué rayos viene embarcarse en este nuevo proyecto si lo que verdaderamente les gusta es la ficción; relatos, poemas, novelas, películas…


Locos... por incordiar



Cómo leches se entiende que vayamos a dejarnos las cejas, los ojos, el sueño, en este sitio cuando podríamos estar echados, tranquilos cada uno en su sofá, leyendo un buen libro, videando una peli, sobando la turca de la noche pasada, durmiendo dulces sueños de irrealidad…


Y en último término, por qué narices deberíais vosotros, queridos lectores, perder vuestro valioso tiempo leyendo el fruto de nuestros necios desvelos, arriesgando con ello vuestra preciosa cordura…


Sin duda son buenos e interesantes interrogantes… a los que no tenemos intención alguna de responder…pero hacédselas a nuestros psiquiatras, ellos estarán encantados de atender vuestras demandas… ¡porque nosotros somos deMentes y sólo venimos aquí a soltar nuestras neuras!... ¡ji, ji , ji!, ¡JA, JA, JA!, ¡¡¡JUAS, JUAS, JUAS!!!...


Acompañarnos o no en este loco camino es una decisión que sólo una psique temeraria e inquieta como la vuestra puede y debe tomar…


Esquizoides saludos,


            Javier Iglesias Plaza y J. P. Bango, dos deMentes desde el frenopático…



Nos vemos en el Frenopático, amigos